07 diciembre 2006

LOS OTROS INQUILINOS....

Llevaba tiempo queriendo poneros a los otros inquilinos de mi ex-casa (ya os contaré), pero nunca tuve tiempo. Rápidamente os cuento:

Este es el chato:

Como se ve en la foto es bonachón y tranquilo. Aunque ladra a todo el que se acerca a la puerta, siempre viene a recibirme contento moviendo el rabo... Cuando comemos fuera viene a ver qué le cae, y no para de echar babas pensando en la comida. Cuando le tiras algo deja un metro cuadrado de suelo babado... y se pasa todo el día tirado a la sombra... ya va viejo el pobre... Cuando hay tormenta tiene miedo y viene a mi puerta a ver si le dejo entrar... Y cuando le huele rico también hace guardia en la puerta esperando comer algo...

Este es monchito:


El cabrón ya sabe a qué hora me levanto y me está esperando en la puerta para que le abra y le de algo de comer... Bueno, en realidad se sirve él mismo...

Sabe que me gusta el pescado y lo como muchas veces, así que se pone morao el cabrón... Es muy mimoso y me pasa por las piernas rozando el lomo. Después de comer se tira a dormir en los sitios más insospechados...


El cabrón es supercazador, ya lo vi comiendose un lagarto, también caza pajarillos y ya tiene controladas a las iguanas, que se salvan porque nunca bajan y el no llega a donde están... Además es bravo de carallo. Sale de la casa a cazar y a controlar su territorio, y se encara con los perros que pasan por delante... Y los perros escapan acojonados!!!

Los otros inquilinos son los caseros. El pelón (Chuy) y el talibán (José lupito Vivas).



José es el hermano de la dueña de la casa y es abogado y empresario en Guadalajara. Chuy es profesor de lingüistica en california, pero está de año sabático. Habla hasta con las paredes el tío... Estaban cuidando la casa hasta que llegaron los dueños y son la bomba. Me lo pasaba de muerte con ellos. Siempre estaban de coña y me echaba unas risas tremendas. Me llevaron a comer birria de chivo (carne guisada de cabrito), tacos... Se fueron a mediados de Noviembre, cuando llegaron los dueños de la casa. Los echo de menos... qué bien me lo pasaba...

El Chuy se quedó aquí, aunque cambió de casa, y a veces lo veo por la playa y por el pueblo. Al talibán no lo volví a ver, pero espero que vuelva el año que viene...

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